Se da prioridad a programas que prevengan y curen adicciones que afectan la salud física, mental y moral de la población, y que prevengan y eviten los daños que sufren sociedad, familia y personas, por la mentira, la confusión, y costumbres contrarias a la ética, la moral y el bien común. Y premiar, felicitar, promover y difundir los buenos modelos, las buenas costumbres, y las buenas influencias.